Control de roedores en silos

Mantener los granos en condiciones óptimas durante su almacenamiento es crucial para preservar su calidad y valor nutritivo. Los roedores pueden causar pérdidas significativas a través de daños y contaminación directa e indirecta. Sin un control preventivo e integral, la calidad de los granos está amenazada. En la mayoría de los casos, la adopción de medidas químicas, especialmente el uso de rodenticidas es la principal herramienta con eficiencia demostrada.

La FAO estima que cada año los roedores causan pérdidas de alimentos equivalentes a 33 millones de toneladas en todo el mundo. Además de representar un riesgo para la salud, estos animales son vectores potenciales de enfermedades como la leptospirosis, triquinosis, salmonelosis, rabia y toxoplasmosis, entre otras. También generan una alta contaminación ambiental, ya que una sola rata adulta puede eliminar aproximadamente 6 litros de orina, entre 16,000 y 30,000 heces, y unos 300,000 pelos al año. Además, son responsables de daños estructurales y de incendios debido a la roedura de cables, lo que supone un impacto económico significativo.

Basados en la información disponible hasta el momento, los roedores que mayores daños generan en productos almacenados en América Latina son: Rattus rattus, R. norvegicus y Mus musculus de la familia Muridae.

La Rata Noruega (Rattus norvegicus conocida también como rata gris, se diferencia principalmente de la rata negra porque es más posada, su hocico es achatado o redondeado y sus orejas más pequeñas, con su cola más corta que el tamaño de su cuerpo. Son nadadoras experimentadas, y su habilidad de mantener la respiración las ayuda a alcanzar objetivos en ambientes cerrados. Es la más agresiva y se convierte en la especie dominante ante la rata negra; solamente en condiciones especiales viven ambas especies en una misma área, habitualmente en climas templados. Vive la mayor parte del tiempo en el piso, junto a cursos de agua como canales, alcantarillas o acequias. Construyen madrigueras con salidas activas, siempre próximas a las fuentes de alimento. Para su control, se recomienda colocar los rodenticidas tanto en las madrigueras como en el perímetro externo e interno de las mismas.

La Rata Negra (Rattus rattus) posee preferentemente un color negro, aunque puede variar hacia tonos grisáceos. Su mayor habilidad consiste en trepar por superficies verticales. Su capacidad de salto le permite alcanzar alturas de un poco más de un metro desde una superficie plana; pudiendo saltar horizontalmente hasta 1,20 metros, facilitando con eso su acceso a lugares teóricamente imposibles de alcanzar. Poseen una cola que es más larga que el cuerpo, ya que la usan para mantener el equilibrio. Se caracteriza por establecerse en alturas (árboles, cielos falsos, entretechos), pero generalmente, se alimentan en el piso, estableciendo lugares de tránsito (subida y bajada) que se identifican por las manchas de grasa que dejan a su paso.

El Ratón Doméstico (Mus musculus) es el mamífero más ampliamente distribuido en el mundo, inclusive se han encontrado en regiones árticas y hasta a 1.800 pies bajo la superficie en una mina de carbón. Su tamaño pequeño lo caracteriza y hace que pueda penetrar fácilmente por aberturas u orificios pequeños. Pueden trepar fácilmente por superficies verticales, ya sean de ladrillo o de madera, y transitar por cables o por cualquier otro conducto horizontal delgado. Por lo general, son contaminantes pasivos, es decir, invaden un lugar cuando son transportados por un tercero. Se caracterizan por no desplazarse grandes distancias desde sus puntos de anidamiento y por asistir repetidas veces a las fuentes de alimento, con consumos bajos.

Conozca más sobre estas especies en: Control de roedores en tiempos de Covid-19

Enfrentando el control
La erradicación completa de roedores es prácticamente imposible. No obstante, un programa correcto e integral de control si reducirá la carga de roedores a niveles lo suficientemente bajos como para prevenir daños económicos y sanitarios significativos.

Es primordial que el programa de control de roedores sea permanente, debido a que su capacidad reproductiva les permite alcanzar altas poblaciones en períodos muy cortos.

Las estrategias modernas para el control de roedores deben contemplar una serie de herramientas y procesos. Un manejo integrado debe contemplar diferentes etapas, desde un mayor conocimiento de la plaga, su biología, sus hábitos, y por qué elige un lugar determinado para establecerse, además de qué hábitos humanos favorecen su desarrollo poblacional. Esta estrategia de control integrado es un proceso de mediano a largo plazo que contempla básicamente 4 etapas principales: inspección, diagnóstico, control y evaluación. Con esta estrategia se apunta a lograr una baja poblacional de la plaga a índices tolerables y también evitar futuras reinfestaciones.

Inspección
Esta es la primera etapa, donde se realiza un reconocimiento previo de las condiciones ambientales prevalentes para identificar la problemática presente, con un minucioso relevamiento de los espacios y de los signos de presencia de plagas, tratando de identificar las fuentes de alimento, de refugio, reconociendo las áreas de movilidad y hábitat del roedor, determinando todas las condiciones predisponentes a la invasión, instalación o desarrollo de los roedores. Este levantamiento permite obtener registros de datos como características del ambiente y calidad de las estructuras, actividades que se realizan en el lugar, estado de ordenamiento y mantenimiento, madrigueras activas, fuentes de alimento, hasta, de ser necesario, capturas y recolección de heces para ser analizados en un laboratorio.

Diagnóstico
La segunda etapa es donde se debe realizar un análisis de los datos recolectados en la etapa anterior para entender el problema al que nos enfrentamos y cómo lo resolvemos. Es una etapa clave, donde definir correctamente la o las especies presentes y reconocer sus hábitos, son la piedra fundacional de la siguiente etapa, que es la de la estrategia de control.

Control directo
En esta etapa es cuando se realizan las acciones de control, ya sean químicas, físicas y/o mecánicas. Considera el uso de estaciones de cebado, rodenticidas, trampas de captura viva o no, etc.

La correcta limpieza de las instalaciones previa al acopio es importante para prevenir las infestaciones. Los restos de granos y el polvo son fuente de alimento para los roedores. Es importante mantener limpios: los transportadores de granos (norias, sinfines, caños de carga y descarga, cintas transportadoras), los vehículos de transporte (camiones, tolvas, carros) y las estructuras de almacenaje (piso, conductos, paredes laterales, techo, bocas de inspección, ventiladores).

En la actualidad, los rodenticidas anticoagulantes son los más utilizados en el control de roedores. La mayoría son cebos en sus distintas formulaciones, como granos, pellets, pastillones o bloques, parafinados o no, extrusados o comprimidos, etc. Su mecanismo de acción se basa en su carácter de antagonistas específicos de la vitamina K, lo que reduce la síntesis hepática de sustancias esenciales para el proceso de coagulación. Su acción genera hemorragias en los vasos sanguíneos que derivan en la muerte del roedor entre las 48 horas y los 10 días, sin «despertar» su sistema de advertencia altamente desarrollado. Los activos de mayor utilización son Bromadiolone, y Brodifacum.

Rastop® es un cebo monodósico formulado con Bromadiolone 0,005%, de uso directo eficaz contra ratas (Rattus rattus y Rattus norvegicus) y ratones (Mus musculus). Se trata de un bloque parafínico obtenido por extrusión, lo que permite adicionar una mayor cantidad de grano en la formulación, haciéndolo más atractivo en comparación con los bloques hechos por moldeo. Además, posee atractivos aromatizantes que favorecen la búsqueda del cebo en ambientes con alta oferta alimentaria alternativa, favoreciendo su consumo. La extrusión también asegura la conservación de las materias primas usadas. Rastop® brinda una mayor contundencia de control por palatabilidad y su baja dosis letal.

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Evaluación
Este último proceso es cuando se debe monitorear y observar qué ocurrió con la población de plagas presente, y determinar si la estrategia aplicada fue correcta o necesita ser ajustada, modificada o cambiada. Para identificar que la población disminuyó, es importante basarse en la información relevada en todas las etapas anteriores. Este relevamiento de datos concretos es fundamental. Esta es una tarea permanente que se debe mantener, principalmente para evitar futuras reinfestaciones.

 

Tomá el control de las plagas con

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