Se la conoce como “araña del rincón” por su capacidad de esconderse en zócalos, grietas y rincones de difícil acceso. Es una de las pocas arañas con un veneno altamente peligroso para los humanos. Presente en Argentina, la toxicidad de su veneno es 10 veces más potente que el de una cobra. Compartimos algunos datos y recomendaciones para su control.
Entre las decenas de miles de arañas identificadas en el mundo, las pertenecientes a cuatro géneros son las principales responsables de muertes humanas: Phoneutria (sólo en Sudamérica), Atrax (sólo en Australia) Loxosceles y Latrodectus; estas últimas son las más importantes médicamente a nivel mundial.
La Araña de los Rincones, Loxosceles laeta, pertenece al orden Araneae, familia Sicariidae. Mide entre 1 y 3 centímetros con las patas extendidas, de color café pardo entre marrón claro y oscuro. Su cuerpo se divide en cefalotórax y abdomen, con dos líneas negras paralelas que dibujan una suerte de violín, naciendo la parte ancha a nivel de los ojos y culminando la delgada cerca del abdomen. Poseen ocho patas gruesas y son muy ágiles y veloces. Su hábitat es eminentemente urbano con actividad nocturna, alimentándose de insectos, moscas, polillas, o pequeños artrópodos.
Los géneros se diferencian gracias a que las hembras poseen un abdomen más desarrollado. La reproducción es sexual y la multiplicación es por medio de huevos que la hembra coloca en ootecas contenedoras de entre 30 y 140 huevos. El ciclo adulto se completa entre los 300 y 400 días, siendo el más largo el del macho. Las hembras viven unos 1500 días, mientras que los machos apenas llegan a los 700.
Su veneno está compuesto por una serie de toxinas (enzimas proteolíticas) y es almacenado en glándulas continuas, revestidas por tejido secretor y rodeadas por células musculares. Estas glándulas de veneno se alojan en el cefalotórax.
Riesgos para la salud
La mordedura de la loxosceles puede causar lesiones necróticas y efectos sistémicos en humanos. En varios países, el loxoscelismo es considerado un grave problema de salud pública. La inoculación del veneno puede iniciar una cadena de eventos que en algunas ocasiones puede terminar con la vida del intoxicado. El cuadro clínico estaría determinado por la extensión y la profundidad de la lesión cutánea, la cantidad de veneno inyectado por kilo de peso corporal, la susceptibilidad individual y la eventual difusión al sistema circulatorio con daño sistémico.
Una vez que el veneno ingresa en los vasos sanguíneos, se producen lesiones vasculares hemorrágicas y edematosas, con coagulación intravascular diseminada (CID) en riñón, hígado, cerebro y tubo digestivo. Por el poder hemolítico del veneno y la participación de mecanismos de autoinmunidad se produce destrucción de glóbulos rojos.
Monitoreo e identificación
La araña del rincón posee hábitos nocturnos. Son lucífugas y sensibles a la humedad, por lo que se las puede hallar en lugares secos y oscuros. En la naturaleza, se encuentran debajo de las rocas o en la leña almacenada, no suelen encontrarse en la vegetación verde viva. En los hogares, frecuentan las grietas y hendiduras, por lo tanto, los escondites favoritos incluyen zócalos, marcos de puertas, detrás de cuadros en las paredes, estanterías para libros, rieles verticales de marcos de ventanas o rincones oscuros. Habitualmente prefieren los retiros verticales a los horizontales y los retiros previamente ocupados con seda específica en lugar de retiros nuevos y limpios. La tela que producen tiene un aspecto algodonoso, desordenado e irregular.
El primer paso en cualquier programa de control debe ser la identificación precisa del organismo objetivo.
La loxosceles laeta, también se conoce como la “araña violinista” por tener una mancha con forma de violín en la superficie dorsal del cefalotórax.
Una forma más precisa de identificarla es mirar el patrón de los ojos, que consta de seis ojos en tres pares en una línea en forma de V con un espacio entre cada par. No son las únicas arañas con este patrón de ojos, pero otras arañas de seis ojos no tienen la misma coloración y la mayoría de las arañas tienen ocho ojos, por lo que pueden eliminarse rápidamente de la consideración.
La verificación puede realizarse con arañas vivas o atrapadas en trampas adhesivas. Arañas muertas encontradas en una casa indica que las arañas estuvieron presentes en algún momento, pero es posible que ya no vivan en el lugar.
Las arañas tienen un propósito en la naturaleza, son enemigas de una multitud de insectos. Desempeñan un papel importante no solo en la naturaleza sino también “en el ecosistema interior de los hogares”. La mayoría de son inofensivas, y las que pueden ser peligrosas pasan la mayor parte del tiempo escondidas. La dieta de las arañas consiste fundamentalmente de insectos vivos, incluyendo muchas plagas comunes de hogares y jardines. Estos arácnidos son depredadores de otros insectos y sirven para controlar algunas de las plagas que sí pueden llegar a ser una amenaza para las personas. Inclusive, nuevas tendencias basadas en un control biológico natural, utilizan ciertos arácnidos para el control de plagas en cultivos de invernadero.
Por lo tanto, si bien existe el control de arañas, este debe realizarse de una manera consciente y prudente.
Las medidas culturales son importantes para el control de la Loxosceles laeta. Como la mayoría de los accidentes ocurren en el interior de las casas, la limpieza es fundamental, especialmente en lugares secos y poco húmedos, como detrás de los cuadros y de las camas, aspirar placares y rincones, sacudir ropa antes de usarla, y en la cara inferior de los muebles y otros lugares oscuros donde les gusta ubicarse.
Además, luego de la limpieza es muy importante, una vez detectada su presencia, aplicar insecticidas químicos, preferentemente a base a deltametrina, u otros que contengan ingredientes activos como cipermetrina, o etofenprox, siempre aplicando de acuerdo con las instrucciones de la etiqueta. Es importante que el principio activo seleccionado garantice un control residual relativamente largo, especialmente cuando se aplica en interiores donde no son expuesto a la luz del sol. Las aplicaciones en grietas y huecos donde se identificó su presencia, son más efectivas que los tratamientos de superficie, ya que el tratamiento debe enfocarse en los sitios donde es más probable que se encuentren las arañas.
Las aplicaciones de los insecticidas deben realizarse puntualmente, en los lugares donde identificamos presencia, o la suponemos, y no de forma generalizada.
Preferentemente debemos aplicar aracnicidas en sitios de refugio, especialmente sobre las telas, y dejar transcurrir algunos días antes de removerlas. Prestando especial atención a las posibles vías de ingreso de las arañas a la vivienda como puertas, ventanas y pequeños orificios.
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