La polilla de la harina (Plodia interpunctella), también conocida como polilla de la india o de los frutos secos, es considerada una de las principales plagas que afectan a los productos almacenados. La dificultad de su control se debe a que presenta resistencias a algunos insecticidas utilizados habitualmente. Además, puede sobrevivir en ambientes adversos y difíciles, lo que la hace capaz de infestar una amplia variedad de productos almacenados.
La Plodia interpunctella es un lepidóptero de la familia Pyralidae que se encuentra distribuido en todo el mundo. Las larvas son las causantes del daño, se alimentan de muchos productos tales como; cereales, frutos secos, semillas, harinas, galletas, nueces, leche en polvo, chocolate, etc. A su vez, contaminan lo almacenado con heces, seda y mudas generando considerables daños. Por este motivo es tan importante poder detectarla y combatirla de manera adecuada.
La Plodia interpunctella, tiene un aspecto característico que la distingue de otras especies de polillas. Su cuerpo es de color marrón rojizo y presenta una banda blanca en forma de «V» en la parte posterior de las alas. Tiene una envergadura de entre 16 y 20 mm y su cuerpo mide aproximadamente entre 6 y 10 mm de longitud. Las alas superiores en su parte basal son de color grisáceo claro, el resto del ala, es decir, las dos terceras partes restantes son de color pardo oscuro, lo mismo que la cabeza y el tórax. Las alas inferiores son de color gris claro. Cuando el insecto está en reposo, pliega las alas a lo largo del cuerpo quedando las antenas dispuestas hacia atrás, apoyadas a lo largo del cuerpo. La cabeza está cubierta por una especie de escamas que le dan un aspecto peludo. Las antenas de los machos son grandes y plumosas, mientras que las de las hembras son más pequeñas y menos velludas.
Ciclo de vida de Plodia interpunctella
Las hembras depositan entre 50 a 300 huevos, aislados o en grupos de 20 o más, sobre los mismos alimentos de las futuras larvas. Los huevos, de color blanco, tienen un tamaño entre 0,3 y 0,5 mm. El período embrional dura de 3 a 15 días, dando lugar al nacimiento de larvas de color blanquecino, aunque a menudo presentan matices verdosos o rosados. Las larvas pueden alcanzar un tamaño de 1,2 cm, con la cabeza ligeramente oscura y provista de placa anal. El estado larval lo cumple en 15 días, atravesando cinco estadios que se diferencian por su color y tamaño. Presentan una cabeza diferenciada, tres pares de patas verdaderas y cinco pares de patas falsas. Las larvas del último estadio son muy activas, por lo que salen del interior de un grano para desplazarse a otro e incluso ascienden por las estructuras de almacenamiento. Empupa en el mismo lugar donde se alimenta y luego de 1 a 4 semanas emergen los adultos. El ciclo total puede cumplirlo en 40 días y habitualmente desarrollan entre 5 a 6 generaciones anuales, en condiciones ambientales favorables.
El control de estos insectos depende de varios factores que pueden dificultar su completa eliminación. El primero de ellos es el estado de desarrollo de la polilla. Las larvas se ocultan en el sustrato o en las grietas de las estructuras, dificultando que el tratamiento les afecte. Los adultos se pueden controlar mediante trampas de capturas.
Los roedores, gorgojos y carcomas son otras de las plagas que atacan y ocasionan grandes y cuantiosos daños en los frutos secos almacenados.
La mejor manera de evitar estas plagas es implementar un Programa de Control Integrado de manera proactiva mediante inspecciones, monitorización y medidas exclusión e higiene que eviten el desarrollo de infestaciones. El Programa debe estar conformado por estrategias orientadas a:
1) Prevención
2) Monitoreo
3) Control
PREVENCIÓN
La correcta limpieza de las instalaciones previa al acopio ayuda a prevenir las infestaciones. Los restos de granos y el polvo son fuente de alimento para los insectos, roedores y aves. Es recomendable eliminar cualquier residuo que pueda haber quedado en los frutos secos durante su cosecha y manipulación, además de aquellos frutos secos que estén dañados. La limpieza previa al acopio de frutos secos es un paso esencial para garantizar su calidad y evitar su contaminación durante su almacenamiento.
Además, es importante reparar o reacondicionar estructuralmente las celdas de almacenamiento para evitar la entrada de roedores o aves que puedan atacar los frutos.
La aplicación de insecticidas residuales en el depósito de almacenamiento después de la limpieza es una medida preventiva útil para controlar la aparición de plagas y prevenir su proliferación durante el almacenamiento. Existen diferentes tipos de insecticidas que pueden utilizarse en la protección de los frutos secos almacenados. Algunos de ellos son:
Insecticidas piretroides: Son productos químicos sintéticos que actúan como neurotóxicos en los insectos. Son efectivos para controlar una amplia variedad de plagas, incluyendo ácaros, gorgojos y polillas.
Insecticidas organofosforados: Son insecticidas que actúan como inhibidores de la enzima colinesterasa en el sistema nervioso de los insectos, causando su muerte. Son efectivos contra una amplia variedad de plagas, pero su uso puede ser más limitado debido a su toxicidad.
Insecticidas reguladores de crecimiento de insectos (IGR): Son productos químicos que actúan sobre el sistema hormonal de los insectos, interfiriendo en su crecimiento y desarrollo. Son efectivos contra las polillas y otros insectos que pasan por un proceso de metamorfosis.
Insecticidas biológicos: Son productos que contienen microorganismos o sustancias naturales que controlan las plagas de manera biológica. Son menos tóxicos que los insecticidas sintéticos, pero su eficacia puede ser más limitada.
La deltametrina es un insecticida piretroide ampliamente utilizado en el control de plagas en la industria alimentaria, incluyendo el almacenamiento de frutos secos. Es efectivo contra una amplia variedad de insectos, incluyendo gorgojos, polillas y ácaros, y su uso se ha demostrado seguro y eficaz en el control de plagas en la industria alimentaria.
Onza Max® es un insecticida diseñado específicamente para prevenir la aparición de plagas en productos almacenados, a base de deltametrina combinada con butóxido de piperonilo. Garantiza períodos de protección superiores a los 12 meses y controla un amplio espectro de insectos, incluida la Plodia interpunctella. Dada la concentración del ingrediente activo y su bajo nivel de toxicidad, los frutos tratados pueden utilizarse inmediatamente. No transmite olor a los frutos. Es ideal para el tratamiento de estructuras edilicias, silos, celdas, etc.
Por otro lado, el pirimifos metil es un insecticida organofosforado que también se utiliza en la industria alimentaria para el control de plagas en el almacenamiento de frutos secos y otros productos alimenticios. Es efectivo contra una amplia variedad de insectos, incluyendo gorgojos, polillas y escarabajos.
Kurafos® tiene gran poder insecticida y muy buena residualidad. Posee pirimifos metil en su composición, molécula que ejerce su efecto afectando directamente al sistema nervioso por inhibición de la colinesterasa. Actúa directamente por contacto, ingestión o por vía respiratoria de los insectos plaga (gasificación/acción fumigante). Es un insecticida de amplio espectro, con gran eficacia sobre diversas especies de insectos rastreros y/o voladores.
Es importante tener en cuenta que la elección del insecticida adecuado dependerá de la especie de plaga a controlar, el tipo de fruto seco y las condiciones de almacenamiento. Por lo tanto, es recomendable consultar con un especialista en el control de plagas para elegir el producto más adecuado y para aplicarlo de manera segura y eficaz.
MONITOREO
Si detectamos insectos, es primordial identificarlos correctamente para determinar la medida de control más efectiva. Existen insectos resistentes a determinados principios activos, por ej. el taladrillo de los granos (Rhizoperta dominica) es resistente a la acción de los organofosforados.
Es importante realizar el monitoreo de manera regular, al menos una vez al mes, para detectar cualquier signo de infestación de insectos o degradación de los frutos secos almacenados. Si se detecta una infestación, se deben tomar medidas inmediatas para controlar la plaga y evitar su propagación. Además, es recomendable mantener registros detallados del monitoreo y de cualquier tratamiento de control realizado para evaluar su eficacia y mejorar las prácticas de manejo de los frutos secos almacenados.
CONTROL
El control químico de la Plodia interpunctella, también conocida como polilla de la harina o polilla del pan, se realiza principalmente a través del uso de insecticidas. Estos productos químicos se aplican directamente sobre los lugares donde se encuentran las larvas o los adultos de la polilla.
El método más utilizado es la fumigación con fosfina, un gas muy tóxico que asfixia a los insectos, afectando procesos metabólicos y enzimáticos del sistema respiratorio. Permite eliminar todos sus estadios de desarrollo, incluso los de las plagas primarias, ya que difunde hacia el interior del fruto. Se considera ser el insecticida fumigante más potente para el control de insectos, roedores y otras plagas.
La fosfina se genera comúnmente por la descomposición de fosfuros metálicos, como los de aluminio o magnesio, cuando entran en contacto con la humedad del aire. Esta reacción produce fosfina como subproducto. Una característica importante de la fosfina es su falta de poder residual, lo que significa que no permanece en el ambiente durante mucho tiempo. Se degrada rápidamente en un período de tiempo que oscila entre 5 y 28 horas. Debido a esta rápida degradación, la fosfina no afecta el poder germinativo de las semillas, es decir, no afecta su capacidad para germinar y desarrollarse adecuadamente. Tanto el fumigante como sus residuos, se descomponen en sustancias que no perjudican al medio ambiente ni a los productos fumigados.
Celphos Max® es un insecticida a base de fosfuro de aluminio especialmente diseñado para el control de plagas que afectan a los frutos secos almacenados. Es ideal para aplicar en silos, contenedores herméticos y espacios encarpados alejados de la circulación habitual de personas. La dosificación para productos a granel es de 2 pastillas (6 grs.)/1m3, y para productos envasados de 2 a 3 pastillas /1m3.
Como regla general, en Argentina se recomienda una concentración mínima efectiva de 200 ppm de fosfina durante por lo menos 5 días dentro de la estructura de almacenamiento (ya sea silos, celdas, bolsas plásticas, vehículos, etc.) para eliminar adultos, huevos y larvas de insectos.
La clave para lograr esta concentración radica en dos factores muy importantes: la hermeticidad del recinto y la dosificación del fosfuro metálico. La hermeticidad permite que se establezca la concentración letal de fosfina y que se mantenga por el tiempo necesario para eliminar todos los estadios del insecto.
La aplicación de un Programa de Control Integrado de Plagas, cubriendo la prevención, el monitoreo y el control, es la forma más efectiva para garantizar la calidad de los frutos secos almacenados, evitando la aparición de las plagas, y consecuentemente importantes pérdidas económicas.