Las moscas no solo representan un riesgo para la salud, sino que también pueden dañar la reputación del restaurante, ahuyentar a los clientes y afectar al personal. Mantener un entorno impecable es fundamental, y un control efectivo de las moscas es clave para lograrlo. A continuación, se presenta una guía completa sobre cómo combatir las moscas domésticas en un restaurante, destacando soluciones sostenibles.
Las moscas están asociadas con entornos sucios, falta de higiene y ciertos niveles de contaminación. Estas pequeñas plagas pueden afectar gravemente la reputación de una marca y causar serios problemas a los propietarios de bares y restaurantes. En cualquier espacio gastronómico donde se sirvan alimentos, es crucial evitar su presencia de manera constante. Se sabe que las moscas propagan diversas enfermedades como el cólera, la fiebre tifoidea y la tuberculosis. Al alimentarse de basura orgánica en descomposición, las moscas transfieren patógenos desde sus patas a las superficies donde se preparan y consumen alimentos.
En un espacio gastronómico es primordial aplicar medidas de control basadas en estrategias culturales y mecánicas, utilizando herramientas químicas solo en zonas alejadas de donde se preparan los alimentos y únicamente si es necesario debido a la gravedad de la infestación.
Diferenciando las especies
Algunas especies de las familias Calliphoridae, Sarcophagidae, Muscidae y Fanniidae se benefician de la urbanización, ya que los desechos orgánicos en descomposición proporcionan un hábitat ideal para el desarrollo de sus larvas. Aunque juegan un papel importante en el reciclaje de nutrientes, estas especies también representan un riesgo sanitario al ser vectores de patógenos que afectan a humanos y animales.
Algunas de las especies más habituales en espacios urbanos son: Mosca doméstica (Musca doméstica, Fannia sp., las Moscas carroñeras como la Calliphoridae (azules o verdosas) o la Sarcophaga (gris); y la Mosca de la fruta o vinagrera (Drosophila melanogaster).
Mosca doméstica (Musca domestica)
Pertenece a la familia Muscidae, siendo la especie más habitual en la mayoría de los climas del mundo. Su tórax es de color gris, con cuatro líneas longitudinales oscuras en el dorso. La parte inferior del abdomen es amarilla o anaranjada, ocasionalmente transparente a los lados y con una banda central oscura que se ensancha y cubre los últimos segmentos abdominales. Su cuerpo se encuentra cubierto de vellos. Los ojos compuestos son de color rojo. Las hembras son un poco más grandes que los machos y poseen un espacio mayor entre sus ojos. Poseen dos alas funcionales, habiéndose convertido el otro par en balancines o halterios que estabilizan el vuelo. Por último, una de sus principales características para la clasificaciones es que la cuarta vena alar es curva, lo que la diferencia de otras especies.
Son más activas durante el día, por lo que en las noches se posan para descansar tanto en interiores (techo, vigas, paredes, etc.) como en exteriores.
Mosca doméstica pequeña (Fannia sp.)
Los adultos son de tamaño pequeño a mediano y generalmente tienen cuerpos y patas de colores oscuros. Los machos tienden a congregarse en enjambres de continuo movimiento mientras las hembras suelen mantenerse ocultas. Las larvas tienen cuerpos aplanados con marcadas protuberancias laterales. Son carroñeras, se alimentan de materia orgánica en descomposición. Son endofílicas, es decir, se encuentra en interiores, aunque es muy común encontrarlas en instalaciones para animales. No son tan tolerantes a altas temperaturas, por lo que son más abundantes al inicio de la primavera y a finales del verano. Una de sus características más destacadas es su vuelo en espiral, generalmente posándose por períodos largos en las partes inferiores de paredes, marcos de puertas y sectores poco ventosos.
Hay dos especies importantes: Fannia cannicularis y Fannia scalaris, las cuales se distinguen principalmente porque esta última es ligeramente más grande, sin embargo, su hábitat es el mismo.
Moscas carroñeras
En los ambientes naturales juegan un papel importante en la degradación y reintegración de animales muertos al medio ambiente. Si en las áreas urbanas hay condiciones adecuadas de limpieza, no es común encontrarlas, por lo que su presencia es un indicativo de algún problema, como algún animal muerto, como un roedor, un ave, etc.
- Moscas de botella (Calliphoridae)
Son de color verde o color azul brillante, pertenecientes a las especies Phaenicia sericata y Lucilia (las verdes) y a Calliphora vomitoria y C. vicina (las azules). Son “carroñeras” asociadas primariamente a cadáveres, pero en áreas urbanas se relacionan con basura, carne y con excremento de animales domésticos.
- Moscas de la carne (Sarcophagidae)
La familia Sarcophagidae incluye especies de tamaño pequeño a grande (2-23 mm), decoloración predominantemente gris con pruinosidad (microtomentum) plateada o dorada, presentando tres fajas longitudinales oscuras en el tórax y manchas abdominales formando un patrón en tablero de ajedrez. Tienen la particularidad de que las hembras no ponen huevos, sino que ponen las larvas directamente en el material que será su alimento. Son carroñeras, pero también se asocian a residuos de carne y a excremento.
Moscas de la fruta o vinagrera (Drosophila melanogaster)
Son pequeñas y de color café claro, con ojos rojos. Estos insectos son sumamente perjudiciales porque son molestos y contaminan los alimentos al contacto. En los establecimientos, pueden aumentar rápidamente sus poblaciones. Se alimentan y reproducen de materia orgánica en descomposición, principalmente de frutas y vegetales maduros de los que escurren azúcares que se transforman en vinagre. Se encuentran también en contenedores sucios de basura o drenajes. Al encontrarse en lugares generalmente insalubres, es frecuente que sus cuerpos estén contaminados con bacterias que podrían causar enfermedades.
Mosca de la arena (familia Psychodidae)
Son pequeñas y de color negro por lo general, tanto el cuerpo como sus alas están cubiertos de pelos, por lo que parecen pequeñas palomillas. Se encuentran en casas, plantas procesadoras de alimentos o centros de salud, y se localizan en las paredes de los baños, cocinas o los drenajes.
Las larvas se desarrollan en la capa húmeda a los lados de la cañería, grietas en donde puede haber humedad y materia orgánica acumulada e incluso bajo azulejos despegados o sin mantenimiento. En sí, no pican o muerden, pero son importantes por el lugar en que se encuentran ya que su cuerpo puede estar contaminado con bacterias que causan enfermedades transmitidas por mosquitos.
Atacando el problema
El primer paso para solucionar cualquier problema de plagas, incluidas las moscas, es identificar el origen de la infestación. Monitorear estas áreas e implementar trampas puede ser importante para identificar la especie y el tamaño estimado de la población presente. Mantener un registro de dónde y cuándo las moscas son más problemáticas es importante para ayudar a dirigir los tratamientos con eficacia.
Implementar prácticas de higiene rigurosas es vital. Una limpieza regular, basada en un programa que incluya el lavado de los utensilios, suelos, superficies, máquinas y equipos garantizará una mayor higiene en el establecimiento.
Las medidas físicas como rejillas de ventilación, puertas y ventanas, preferentemente cerradas, con mallas metálicas son barreras sencillas que pueden reducir significativamente el número de moscas que entran en el establecimiento. También es posible utilizar ventiladores eléctricos o cortinas de aire en los puntos de entrada para mantener a las moscas fuera de los establecimientos.
La inspección de las mercancías entrantes es otro factor para considerar. Es importante comprobar si las entregas presentan signos de moscas o larvas. Rechace los suministros infestados.
Detectando las fuentes
En un restaurante las fuentes más comunes de presencia y desarrollo de las moscas son las siguientes:
Áreas de basura: Asegúrese de que los cestos están bien cerrados y se vacían con regularidad.
Mantener las áreas de residuos lo más alejado de las áreas de preparación y almacenamiento, con sus respectivas tapas y en la condición más higiénica posible, es clave para evitar la proliferación de moscas y su reproducción. En estos espacios, es posible utilizar insecticidas preferentemente en formulación EC con piretroides para un rápido control de adultos, reduciendo la carga presente.
La deltametrina es un piretroide compuesto de sustancias más estables o se degradan más lentamente en presencia de luz solar que las piretrinas, y generalmente son eficaces contra la mayoría de las plagas de insectos, siendo uno de los componentes más utilizados en todo el mundo. Es un piretroide sintético con actividad insecticida y acaricida de amplio espectro, que actúa por contacto e ingestión afectando al sistema nervioso de los artrópodos y provocando su muerte. Su molécula manifiesta muy buena capacidad insecticida, efecto de volteo y residualidad.
Ruster® es el producto base de deltametrina al 2,5%, piretroide cristalino en su estado natural, sometida a molienda para lograr su micronizado y posterior suspensión a base acuosa. Actúa por contacto a nivel cuticular en los insectos o a través del tracto digestivo una vez ingerido. Al ser una suspensión concentrada tiene un efecto residual mayor a los concentrados emulsionables, además de ser ideales para aplicaciones con pulverización manual permitiendo controlar al 80% de la población restante de adultos.
Es común que estas sean áreas de reproducción, por lo cual, en lugares donde se sospecha pueden haber estadios iniciales, se recomienda utilizar activos del grupo de los Reguladores de crecimiento (IRC), ya que ese estima que alrededor del 80% de la población existente se encuentra en estos estadios.
Los reguladores de crecimiento (IRC) pueden interrumpir los procesos normales de crecimiento y desarrollo de los insectos. El lufenurón es un activo que pertenece a este grupo, siendo un derivado de las benzoilfenilureas, y actúa inhibiendo la polimerización de las cadenas de quitina, un componente primordial en el desarrollo de los invertebrados.
- Maggot® está formulado con lufenuron como su ingrediente activo, el cual pertenece al grupo de los reguladores de crecimiento. Gracias a sus características físico-químicas puede penetrar principalmente por vía oral y ocasionalmente por vía dérmica, provocando la interrupción del crecimiento al inhibir la síntesis de quitina, por acción sobre la enzima quitinasintetaza. En los adultos ejerce un efecto sobre los órganos reproductores, disminuyendo la fecundidad en las hembras.
- Desagües y sifones: Es necesario limpiarlos y mantenerlos con regularidad, utilizando detergentes etoxilados y propoxilados de baja generación de espuma, reforzados con un bajo porcentaje de hipoclorito de sodio (generalmente menor al 2%), que permiten la eliminación y desnaturalización de grasas, proteínas y azucares presentes en los ductos, restando sustratos usados para la postura de huevos y desarrollo larvario, sin generar espuma. Además, reduce la carga bacteriana, restando otras alternativas nutricionales de la fase larvaria, sin generar corrosión.
- Áreas de preparación y almacenamiento de alimentos: Son sin duda, los espacios más sensibles. Mantenga estas zonas limpias y bien organizadas, asegurándose de que los alimentos se almacenan en recipientes herméticos. No existen insecticidas registrados para la utilización en espacios en contacto directo con alimentos. En el caso de los heladeras o despensas, si es posible utilizar en los exteriores, insecticidas de formulación emulsión concentrada de base acuosa, como el Ruster®.
Cebos y Pinturas
Para reducir la población presente, es posible utilizar cebos compuestos por un insecticida y un atrayente en base a una feromona de atracción sexual. El insecto es atraído y muere al contactar con la superficie tratada con el insecticida. También se pueden utilizar paneles con franjas oblicuas amarillas y rojas para atraer el insecto.
Hawker Max® está formulado con acetamiprid, activo neonicotínico de segunda generación, que tiene un muy alto efecto de derribo y excelente residualidad. Se aplica con pincel o pulverizador, actuando por contacto e ingestión. Una vez dentro del cuerpo del insecto, se dirige rápidamente al sistema nervioso, bloqueando los receptores nicotínicos de la neurona post sináptica, lo que altera la transmisión de acetilcolina y, en consecuencia, genera la muerte. Este novedoso mecanismo de acción no produce resistencia. Puede manchar, por lo que se sugiere pintar en superficies descartables como tablillas de 30 x30 cms. o cartones y disponer en lugares estratégicos de control. Hawker Max es ideal para ser usado en exteriores, en zonas intermedias o sucia s (como los depósitos de basura).