Mantener alejadas las palomas de lugares urbanos y productivos, evitando su sobrepoblación, es sinónimo de salud y tranquilidad. Estas aves son conocidas como un potencial foco de enfermedades graves y daños económicos, que requiere un control a tiempo.
Aunque en la naturaleza no es habitual la presencia de plagas, ya que en todo ecosistema existe un equilibrio entre especies, en el caso de las palomas el fenómeno de la plaga aparece asociado al hecho de que en el ámbito natural no disponen de fuentes de alimentación tan abundantes y estables como sucede en medios urbanos. Las palomas se adaptan, encuentran las condiciones ideales de vida, y aunque en la naturaleza sus poblaciones permanecen algo controladas, en el ámbito humano se descontrolan por completo.
Desde principios de la década de 1960, la paloma Torcaza (Zenaida auriculata), es considerada plaga de primera magnitud, debido a una formidable explosión poblacional. A pesar de ser considerada una plaga, las palomas están protegidas por la ley nacional 12.913, por lo cual no pueden matarse, solo pueden controlarse y sin causarles ningún tipo de daño físico.
Daños que genera
Las palomas generalmente son vistas como unas aves inofensivas pero causan graves daños, enfermedades, alergias, ruidos molestos y acumulación de desechos altamente corrosivos que arruinan y destruyen techos, zingerías, mamposterías y otras instalaciones. La acción química de sus excrementos derivada del gran contenido en ácido úrico y ácido fosfórico, desintegra mampostería, hormigón, piedra caliza y deteriora gravemente el resto de materiales. Además puede provocar más de 40 enfermedades: criptococcosis, toxoplasmosis, coccidios aviar, sarnilla, ácaros, entre otras. Los ectoparásitos de palomas incluyen varias especies de pulgas, piojos, ácaros, garrapatas y otros insectos. En naves y almacenes, la sola presencia de aves en su interior provoca pérdidas económicas directas a través del excremento.
Métodos de control de palomas
Para hacer un eficiente control de aves es necesario tener conocimiento de la legislación vigente, la biología y comportamiento de estas, además de las características del lugar. Para elegir el sistema adecuado dentro de un plan integral de control, es necesario tener en cuenta el entorno y las características de las colonias. Los distintos sistemas tienen capacidades diferentes en cuanto a su efectividad contra distintas presiones y no todos los sistemas son efectivos para cualquier especie.
Espacios a controlar según su complejidad
Baja: Lugares expuestos donde las aves se posan de vez en cuando durante el día. En esta situación puede funcionar cualquier sistema.
Media: Lugares que las aves frecuentan de manera continua durante el día. Generalmente hay mucha presencia de excrementos.
Alta: Lugares donde las aves duermen o anidan.
Para el control y manejo de población de palomas, eliminar en lo posible, las fuentes de agua y alimento es la primera de las medidas a tomar y en ciertos casos, puede ser suficiente para resolver el problema de sobrepoblación. Por otro lado, en casos más severos, solventar un problema de aves requiere una planeación cuidadosa y la integración de varias estrategias. En primer lugar se debe realizar una caracterización de las aves, que contemple al menos tres aspectos fundamentales: la identificación de patrones de actividad; la determinación de las construcciones, áreas y/o árboles que las palomas utilizan para anidar, perchar, beber así como alimentarse; y por último, entender claramente las relaciones entre las aves y su ambiente incluyendo la disponibilidad de alimento y agua.
Parte del saneamiento incluye la eliminación regular de todos los nidos, lo que puede disminuir significativamente la población a largo plazo. Por lo tanto el control de los lugares idóneos para instalar sus nidos y para refugiarse de las inclemencias climáticas, junto con el control de la disponibilidad de alimento y de agua, son los factores claves, para una correcta gestión de las palomas en las ciudades.
Cuando planificamos las actividades de control, debemos tener en cuenta las herramientas disponibles para controlar y reducir una población dependiendo de las características de la especie. Para disminuir los daños causados por palomas, es necesario llevar a cabo un manejo dirigido y preventivo del problema que incluya tanto aspectos culturales como herramientas tecnológicas sustentables. Entre estas herramientas tecnológicas se encuentran los repelentes químicos, aplicados para disuadir a las aves de utilizar el cultivo como alimento.
El antranilato de metilo (MA) es un compuesto de origen vegetal conocido por sus propiedades repelentes para varias especies de aves. En la industria es utilizado como aditivo alimenticio de consumo humano para aromatizar y dar sabor a alimentos y medicamentos, como también en perfumería y cosmética. En su acción repelente radica su efecto irritante para las palomas. Este efecto está generado por los nociceptores quimiorreceptivos del nervio trigeminal, el cual inerva la cavidad bucal, las mucosas de la nariz y de los ojos. Identificado en los años ´60 como repelente para aves en EE.UU., desde entonces se han llevado a cabo muchos estudios, tanto con el compuesto en grado técnico como con formulaciones como ingrediente activo.
Actualmente Gleba ofrece el Migra, un producto registrado como repelente para aves basado en MA, el que puede aplicarse en cualquier sitio donde exista presencia indeseada de aves. Migra se encuentra especialmente diseñado para aplicaciones en interior (galpones, tinglados, depósitos, viviendas abandonadas, etc.) de instalaciones donde exista una fuerte presión de la plaga.
Su efecto residual está dado por la porosidad de la superficie y la exposición a la luz. Si la superficie es porosa la duración del efecto es cercana a las 4- 6 semanas. En situaciones de aplicaciones en exteriores, su residualidad dependerá de las condiciones climáticas. En interiores, puede aplicarse cada 2 meses, dependiendo del nivel de infestación. Después de 2 a 3 aplicaciones se obtienen óptimos resultados en aquellos casos más complicados. Se puede utilizar como pintura o pulverizado, con una alta eficacia. Para lograr una mayor adhesión y residualidad del producto en las superficies o plantas tratadas, se recomienda la aplicación con aceite mineral. Sobre todo en zonas lluviosas o de alta humedad.