Conservar el maní durante su almacenamiento, manteniendo su máxima calidad es vital, apuntando a que no se altere su valor nutritivo. Durante el almacenamiento pueden presentarse factores que deterioran la calidad de los granos, entre los que se encuentran los insectos-plaga, generando los mayores daños. Sin un control preventivo e integral, la calidad del grano se encuentra amenazada.
Para el cultivo de maní, antes del almacenamiento, tan importante como el secado es la prelimpieza. No debería almacenarse un maní con más de 4% de material extraño o 5% de granos sueltos. El maní debe ser almacenado con una humedad por debajo del 11%, teniendo en cuenta que esta puede incrementarse por la migración de humedad, condensación y goteo de techos de chapa o por actividad biológica.
Un correcto control de plagas y una buena aireación son esenciales para el mantenimiento del maní almacenado
Una vez que los granos se secan y se almacenan, la accesibilidad a los insectos es limitada y las opciones de control se vuelven más complicadas. Es fundamental actuar con proactividad aplicando métodos de control antes de almacenar el producto para minimizar las infestaciones de insectos.
Por lo tanto, se recomienda implementar un Programa de Control Integrado de Plagas, que combine las técnicas de prevención, monitoreo y control directo, evitando la aparición de plagas, y minimizando daños que derivan en pérdidas de calidad.
PREVENCIÓN
La correcta limpieza de las instalaciones previa al acopio ayuda a prevenir las infestaciones. Los restos de granos y el polvo son fuente de alimento para insectos, roedores y aves. Deberemos mantener limpios tanto los equipos de transporte como las estructuras de almacenaje.
Para un control preventivo en los depósitos, es recomendación realizar aplicaciones de insecticidas alrededor de las instalaciones. Tanto sobre la superficie general como en cualquier grieta o hendidura. Los tratamientos se aplican previamente al almacenado, con la intención de eliminar a los insectos en todas las etapas de su desarrollo. Los tratamientos superficiales se deben realizar con equipos de aspersión bajo la supervisión de un profesional. Las aplicaciones preventivas deben aplicarse generosamente sobre todas las superficies internas, incluyendo paredes, vigas, la línea inferior del techo y el perímetro exterior de los edificios de almacenamiento para reducir las reinfestaciones tempranas. En general, estas aplicaciones se realizan dos semanas o más antes del almacenamiento de maní.
La elección de insecticidas de tipo residual asegura un control sobre las poblaciones existentes, garantizando un efecto prolongado después de su aplicación. Los más utilizados son los insecticidas químicos convencionales como los piretroides (deltametrina), las piretrinas y los fumigantes que incluyen la fosfina y el fosfuro de magnesio.
La deltametrina es un insecticida piretroide en formulación de concentrado emulsionable para el control de plagas insectiles muy utilizado para proteger el grano almacenado. No afecta la germinación de la semilla, ni la calidad del grano. Su modo de acción es de contacto e ingestión, actuando sobre el sistema nervioso central, comenzando con agitación, parálisis general, y terminando con la muerte del insecto.
Monitoreo
El monitoreo debe ser considerado una rutina establecida, con el fin de detectar rápidamente posibles infestaciones. En general, el monitoreo se implementa con mayor frecuencia a medida que aumenta la duración del almacenamiento y aumentan las temperaturas ambientales.
Ante la presencia de insectos, es vital actuar rápidamente, primero con la identificación previa de especies y el monitoreo de su población. Cada insecto tiene su propio ciclo biológico y requerimientos de humedad y temperatura específicos. Esta información es clave para tomar las medidas más eficientes para su control.
Fumigación
Ante una infestación, se recomienda la fumigación con fosfina al ingreso de mercadería si hay una infestación evidente o bien se sospecha de infestación oculta. La fosfina es un gas letal para los insectos capaz de eliminar todos sus estadios de desarrollo, incluso los de las plagas primarias, ya que difunde hacia el interior del grano. Se considera ser el insecticida fumigante más potente para el control de insectos, roedores y otras plagas.
En la práctica la fosfina se genera comúnmente por descomposición de fosfuros metálicos (de aluminio o de magnesio) al entrar en contacto con la humedad del aire. Una característica importante de la fosfina es que no posee poder residual ni persiste en el ambiente, degradándose rápidamente entre 5 y 28 hs.
La fosfina es uno de los materiales más utilizados, puede ser aplicada por inyección y por vía fosfuro de aluminio o fosfuro de magnesio, estos últimos son sólidos que reaccionan con la humedad de la atmósfera para producir gas fosfina (sustancia activa que actúa como plaguicida). Cuando los insectos se exponen a estos gases por suficiente tiempo todas las etapas del desarrollo (huevos, larvas, crisálidas y adultos) mueren. Es fundamental que la fumigación se realice en un compartimiento que pueda ser sellado firmemente.
Celphos Max es un insecticida a base de fosfuro de aluminio especialmente diseñado para el control de plagas que afectan a los granos almacenados. Es un producto ideal para aplicar en silos, contenedores herméticos y encarpados alejados de la circulación habitual de personas. La dosificación para productos a granel es de 2 pastillas (6 grs.)/1m3, y para productos envasados de 2 a 3 pastillas /1m3.
Como regla general, en Argentina se recomienda una concentración mínima efectiva de 200 ppm de fosfina durante por lo menos 5 días dentro de la estructura de almacenamiento (ya sea silos, celdas, bolsas plásticas, vehículos, etc.) para eliminar adultos, huevos y larvas de insectos.
La clave para lograr esta concentración radica en dos factores muy importantes: la hermeticidad del recinto y la dosificación del fosfuro metálico. La hermeticidad permite que se establezca la concentración letal de fosfina y que se mantenga por el tiempo necesario para eliminar todos los estadios del insecto.
La aplicación de un Programa de Control Integrado de Plagas, cubriendo la prevención, el monitoreo y el control, es la forma más efectiva para garantizar la calidad de los granos almacenados, evitando la aparición de las plagas, y consecuentemente importantes pérdidas económicas.