Control de moscas en producciones avícolas

La presencia de moscas afecta gravemente la producción avícola, ocasionando serios problemas sanitarios y económicos que impactan negativamente el bienestar y la productividad de los animales. Por ello, es necesario un manejo integrado y sistemático para su control, lo cual es una estrategia clave en la bioseguridad y sanidad dentro de la producción avícola. Resulta fundamental implementar un protocolo de control efectivo.

Las moscas tienen un impacto directo en los animales y su rendimiento productivo, generando malestar, estrés y una disminución en el consumo de alimento. Además, representan un riesgo tanto para la salud animal y humana como para la inocuidad de los alimentos. Algunos especialistas estiman que las infestaciones de moscas en las instalaciones avícolas pueden provocar pérdidas de hasta un 10 % en la tasa de crecimiento, así como en la conversión del alimento, efecto de alto impacto económico.

La capacidad de las moscas para trasladarse volando y posarse sobre superficies con diferentes niveles de contaminación las convierte en vectores mecánicos de enfermedades bacterianas, virales, micóticas e incluso parasitarias. Además, pueden transmitir estas enfermedades a los seres humanos, ya sea por contacto directo o mediante el consumo de alimentos contaminados. Las moscas son capaces de dispersar patógenos a través de sus piezas bucales, gotitas de vómito, heces y la superficie de su cuerpo, transmitiendo virus como el de Newcastle y la Influenza aviar.

Un estudio reveló que la Musca domestica tiene una baja resistencia natural a la colonización intestinal por Salmonella typhimurium. El experimento consistió en ofrecer alimento contaminado con Salmonella a moscas libres de gérmenes, las cuales excretaron la bacteria en algún momento durante los 10 días posteriores a la ingestión. Esto demuestra el rápido potencial de diseminación de Salmonella que las moscas pueden causar, un problema agravado por el riesgo zoonótico de transmisión a través de alimentos contaminados.

Enfrentando el control

La población de moscas en el ambiente se distribuye de manera que solo el 15% corresponde a moscas adultas visibles, mientras que el 85% restante está compuesto por formas inmaduras (huevos, larvas y pupas), que generalmente pasan desapercibidas. Estas formas inmaduras se ubican en lugares con abundante materia orgánica, donde se alimentan y crecen, preparándose para convertirse en nuevas moscas.

Control temprano

El control de moscas debe comenzar a principios de la primavera para prevenir una reproducción masiva. Esto es especialmente crucial, ya que las moscas pueden madurar y multiplicarse rápidamente con las temperaturas más cálidas.

Los principales métodos de control deben enfocarse en afectar tanto a las moscas adultas como a sus formas inmaduras. Esto incluye el uso de insecticidas y técnicas que mejoren el saneamiento del entorno. Es crucial abordar la raíz del problema y combatir las larvas de manera selectiva, ya que los métodos de control que actúan sobre los estadios inmaduros de la mosca doméstica son más efectivos. Por un lado, interrumpen el ciclo biológico, evitando el desarrollo, la multiplicación y la generación de moscas adultas, por otro, atacan la fuente más abundante que se manifiesta en el ambiente.

Un enfoque integral que combine de manera estratégica las mejores prácticas y alternativas proporciona un control más eficiente de las moscas, ya que abarca los diferentes estadios de su ciclo biológico.

Manejo Integrado de Plagas (MIP)

Para lograr un control efectivo de las moscas en la producción avícola, el Manejo Integrado de Plagas (MIP) es el protocolo recomendado para un control de la población existente, sabiendo que es imposible alcanzar un control total. Combina estrategias y prácticas específicas de manejo del entorno y el tratamiento cultural, biológico, químico y físico, basado en un monitoreo registrado y el conocimiento de la biología de las plagas presentes.  Dentro de las gestiones claves, está el secado del guano o gallinaza a parámetros de humedad menores al 40%.

Monitorización

La identificación de la plaga, el conocimiento de su biología y la estimación de la población presente, son la base de las estrategias a implementar, sumado al historial del establecimiento. Hoy existen varias herramientas de monitorización de larvas y adultos que permiten estimar la población y su crecimiento.

Es importante conocer que además de Musca domestica, existen en las explotaciones avícolas otras especies de comportamiento similar, pero no idéntico a las moscas domésticas, por lo que si identificación es clave para un correcto control. Estas especies son la pequeña mosca domestica (Fania cannicularis, F. scalaris), la mosca negra de las basuras (Ophyra leucostoma, O. Anaescens), y las moscas cadavéricas (que incluyen varias especies como Sarcophaga, Caliphora entre otras).

Control mecánico

Estas medidas incluyen la higiene del establecimiento y la retirada de la gallinaza, y el uso de dispositivos de control de moscas, incorporando barreras físicas como las mallas metálicas, ventilación, trampas, dispositivos eléctricos, etc. Si bien en sí mismas son medidas de baja eficiencia para el control de grandes poblaciones, son una parte importante del MIP.

Control biológico

Si bien no están actualmente muy desarrolladas las herramientas de control biológico, es parte de un programa integral de control de plagas, incorporando prácticas para incrementar la eficiencia de los enemigos naturales y la implementación de productos a base de extractos vegetales.

Control químico

Si bien existen insecticidas de gran efectividad para el control de estos vectores, es necesario tener en cuenta que la mosca domestica posee una gran capacidad para desarrollar resistencia, razón por la cual el control debe basarse en la implementación de estrategias que combinen diferentes ingredientes activos/ grupos químicos y una correcta rotación. Siempre es recomendable emplear productos con eficacia probada, alternando piretroides, organofosforados, neonicotinoides, e insecticidas reguladores del crecimiento (IGRs).

En la elección de productos químicos, se debe considerar la eficiencia, tanto en términos de duración como de rapidez de acción, facilidad de uso, prevención de resistencias y efectividad de costos. Los métodos para el uso de insecticidas varían según se trate de adulticidas (cebos, asperjado y pintado de superficies) o larvicidas (asperjado de lugares de cría y uso de aditivos alimentarios).

Los adulticidas, eliminan las moscas adultas y, en consecuencia, contribuyen a disminuir el potencial de oviposición y la regeneración de nuevas moscas. 

Los larvicidas son compuestos que interfieren sobre los estadios inmaduros del ciclo biológico de la mosca, afectando su normal crecimiento e inhibiendo su desarrollo. Es muy utilizado el lufenuron, un regulador de crecimiento de alta especificidad para control de estadios juveniles (larvas, ninfas, etc.) de insectos. Provoca la interrupción del crecimiento al inhibir la síntesis de quitina, por acción sobre la enzima quitinasintetasa, además reduce la alimentación y evita que la vieja larva se desprenda de la cutícula al momento de la muda.

Entre las diferentes ofertas de productos se pueden encontrar:

  • Cebos y Pinturas

Están compuestos por un insecticida y un atrayente en base a una feromona de atracción sexual. El insecto es atraído y muere al contactar con la superficie tratada con el insecticida. También se pueden utilizar paneles con franjas oblicuas amarillas y rojas para atraer el insecto.

Hawker Max® está formulado con acetamiprid, activo neonicotínico de segunda generación, que tiene un muy alto efecto de derribo y excelente residualidad. Se aplica con pincel o pulverizador, actuando por contacto e ingestión. Una vez dentro del cuerpo del insecto, se dirige rápidamente al sistema nervioso, bloqueando los receptores nicotínicos de la neurona post sináptica, lo que altera la transmisión de acetilcolina y, en consecuencia, genera la muerte. Este novedoso mecanismo de acción no produce resistencia. 

  • Aspersiones 

Método de alto poder de volteo al contacto con el insecto, siendo utilizados en aquellos sitios donde existe una alta generación de moscas. Reduce en forma rápida la población de moscas, rebajando el apareamiento y la ovoposición.  Incluye el uso de larvicidas y de adulticidas.

El Maggot® está formulado con lufenuron 2%, y es sumamente eficaz para el control de estadios inmaduros de dípteros. Por tratarse de un producto de baja toxicidad y bajo riesgo toxicológico, puede aplicarse en interiores y/o exteriores, en sitios convencionales o sensibles.

Dentro de la familia de los organofosforados, el pirimifos metil es un ingrediente activo que interviene directamente al sistema nervioso por inhibición de la colinesterasa, ingresando a la plaga por contacto, ingestión o por vía respiratoria.

Los insecticidas que contemplan una combinación de ingredientes activos que garantizan un excelente efecto insecticida y residual, actuando sobre distintos estadios, controlando eficazmente aquellos juveniles (huevos/larvas) y adultos. El Pulex®, combina pirimifos metil, un activo de la familia de los organofosforados que ejerce su acción inhibiendo el acetil colinesterasa, y lufenuron, una benzoilurea que regula el crecimiento (IGR) de los insectos, inhibiendo la síntesis de quitina.

La deltametrina es un piretroide sintético con actividad insecticida y acaricida de amplio espectro. Su acción afecta el sistema nervioso central y periférico de los insectos, actuando en los canales de sodio de la membrana nerviosa, lo que provoca la interrupción de la transferencia de iones y la transmisión de impulsos entre las células nerviosas. Su molécula es de baja toxicidad sobre los mamíferos, con muy buena capacidad insecticida y efecto de volteo.

Reizer® está formulado con dos ingredientes activos que pertenecen al grupo de los piretroides (praletrina 2,5% y deltametrina al 1,5%) más un potenciador como el butóxido de piperonilo. La praletrina posee un efecto de volteo rápido por contacto, mientras que la deltametrina posee una gran acción de desalojo y residualidad siendo un insecticida de amplio espectro de acción. El butóxido de piperonilo, es un potente inhibidor del Citocromo P450 que le aporta sinergismo, incrementando su efectividad de los piretroides, inhibiendo a las oxidasas que contribuyen en la detoxificación de estas moléculas.

Es clave utilizar los productos en las dosis exactas recomendadas en su etiqueta, ya que el uso de dosis menores (sub-letales) selecciona rápidamente poblaciones medianamente tolerantes, mientras que dosis mayores a las recomendadas pueden imponer presiones de selección excesivas, favoreciendo también la aparición de resistencias.

Tomá el control de las plagas con

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