Las moscas constituyen una de las plagas más insidiosas y difíciles de erradicar en las explotaciones porcinas. Son indicadores de cierto grado de higiene deficitario, y un leve problema sin controlar puede convertirse rápidamente en una grave infestación. Es fundamental contar con un protocolo de control eficaz.
Las moscas domésticas no son una simple molestia, sino que son portadoras de importantes patógenos causantes de enfermedades en granjas porcinas. Ponen en peligro la propia salud de los cerdos, su bienestar y el rendimiento económico de la explotación, por lo que el objetivo debe ser reducir el tamaño de la población hasta un mínimo tolerable.
Es importante considerar algunos conocimientos básicos sobre la biología y comportamiento de las principales especies de moscas presentes al momento de implementar un plan integrado de control. Las moscas son insectos que pertenecen al Orden Diptera, siendo 3 especies las más abundantes en los establecimientos porcinos: la mosca doméstica, la mosca doméstica menor y la mosca de los establos.
Mosca doméstica
Musca domestica
Mide unos 6-7 mm de longitud. Su cabeza está dominada por dos grandes ojos compuestos, de color marrón púrpura, entre ellos se hallan tres ojos simples (ocelos) y próximos a ellos se sitúa el único par de antenas. Por debajo de las mismas se proyecta la trompa o probóscide, al final de la cual se encuentra el succionador oral. El tórax posee cuatro bandas longitudinales de color gris oscuro de igual anchura que el dorso. En él se encuentran las dos alas, prácticamente transparentes y los tres pares de patas de color marrón negruzco. Respecto al abdomen, éste presenta costados amarillentos en la mitad basal y una línea longitudinal oscura se extiende a lo largo del límite medio del dorso.
Mosca doméstica menor
Fannia canicularis
Es más pequeña que la mosca doméstica común, mide 5-6 mm de longitud. Tiene un color gris negruzco, con tres rayas negras difusas, dispuestas longitudinalmente sobre el tórax. La cabeza es gris y las patas negras, mientras que la porción basal del abdomen es amarillenta.
Mosca de los establos
Stomoxys calcitrans
Del mismo tamaño que la mosca doméstica común, pero se distingue por sus piezas bucales. Posee una probóscide muy desarrollada, de color negro, que le sirve para perforar la piel y succionar la sangre de los animales, de los cuales se alimenta. Es la única especie de mosca picadora y succionadora presente en las granjas porcinas. Prefieren las zonas soleadas y exteriores, por lo que su presencia es más abundante en los sistemas al aire libre que en las explotaciones intensivas de ambiente controlado. Tras la ingesta de la sangre, efectúa la puesta de huevos (25-50 huevos) sobre material en descomposición, preferiblemente de origen vegetal contaminado con orina o heces.
Ciclo biológico
El ciclo biológico de la mosca doméstica tiene cuatro estadios hasta convertirse en adulto: huevo, larva, pupa y adulto. Este ciclo dura aproximadamente de 15-21 días, reduciéndose a 7-10 días en los meses de verano. Tras la cópula, la hembra pone paquetes de huevos fecundados en materia orgánica en descomposición, fermentación, excrementos, o incluso en los propios animales, parasitándolos. La hembra pone sus huevos alrededor de 2 días después de la cópula. Los huevos eclosionan en un período de entre 8 horas a 3 días, las larvas pasan por tres estados y luego forma una crisálida o capullo de la cual emergerán los adultos. Una hembra adulta deposita de 50 a 100 huevos de una vez y alrededor de 500 huevos durante su vida.
Durante los meses de frío las moscas permanecen dormidas, en sus formas de resistencia, que son los huevos y las pupas, hasta que se eleve la temperatura ambiente, momento en el que comienzan a multiplicarse rápidamente. La velocidad de desarrollo larvario depende de la temperatura ambiente, dentro de los límites aptos para la supervivencia.
Las explotaciones porcinas ofrecen unas condiciones ideales para la proliferación de plagas de moscas, ya que, en ellas, encuentran alimentos y agua en cantidad suficiente; así como residuos, para su proliferación. Además de contar con unas condiciones ideales de temperatura y humedad.
Para el control de moscas hay una serie de productos de los que es muy importante hacer un uso preventivo de los mismos desde antes del comienzo de la temporada calurosa, para evitar que la población de moscas se haga difícil de controlar.
Control
El control de las poblaciones de moscas requiere de un enfoque integral que abarque, tanto las moscas adultas como los estados larvarios. De hecho, sólo un 15% de la población la constituyen las moscas adultas, mientras que el resto de la misma consta de huevos (40%), larvas L1-L3 (35%) y pupas (10%).
El manejo integrado de plagas es el mejor método para controlar a las moscas. Con motivo de la aparición de resistencias a los plaguicidas, la incorporación de estrategias múltiples de manejo ha constituido el programa de control de mayor éxito. Esto abarca el monitoreo, el control del entorno y el tratamiento cultural, físico y químico.
Control cultural
Este método consiste en desfavorecer las condiciones para evitar que las moscas se desarrollen. El mejor método de control cultural es eliminar cualquier resto de materia orgánica, intentando mantener la mayor higiene posible en el establecimiento.
Ningún insecticida puede contrarrestar la falta de higiene.
Control físico
Este método utiliza elementos mecánicos para controlar tanto la reproducción, como la población de moscas. Estos consisten en metodologías tendientes a impedir que las moscas ingresen a un determinado recinto o bien una vez que hayan ingresado, queden atrapadas o se eliminen por algún dispositivo adecuado. Dentro de esta técnica se encuentran la utilización de mallas mosquiteras y cortinas. También existen trampas viscosas y trampas de luz ultravioleta que reducen las poblaciones.
Control químico
Si bien existen insecticidas de gran efectividad para el control de estos vectores, es necesario tener en cuenta que la mosca domestica posee una gran capacidad para desarrollar resistencia, razón por la cual el control debe basarse en la implementación de estrategias que combinen diferentes ingredientes activos y una correcta rotación. Siempre es recomendable emplear productos con eficacia probada, alternando piretroides, organofosforados, neonicotinoides, espinosinos, e insecticidas reguladores del crecimiento (IGRs).
En la elección de productos químicos, se debe considerar la eficiencia, tanto en términos de duración como de rapidez de acción, facilidad de uso, prevención de resistencias y efectividad de costos. Los métodos para el uso de insecticidas varían según se trate de adulticidas (cebos, fumigado y pintado de superficies) o larvicidas (fumigando lugares de cría y uso de aditivos alimentarios).
Adulticidas: Eliminan las moscas adultas, lo que no solo disminuye la carga de estos insectos, sino que también contribuyen a una menor oviposición y por lo tanto a que exista una menor reposición de moscas.
Larvicidas: Son drogas que interfieren sobre estadios inmaduros del ciclo biológico, más específicamente sobre el estadio larvario afectando su normal crecimiento e inhibiendo su desarrollo, siendo visible el resultado aproximadamente dos semanas después de comenzada su utilización. Es muy utilizado el lufenuron, un regulador de crecimiento de alta especificidad para control de estadios juveniles (larvas, ninfas, etc.) de insectos. Por sus características físico-químicas, puede penetrar principalmente por vía oral y, ocasionalmente, por vía dérmica. Provoca la interrupción del crecimiento al inhibir la síntesis de quitina, por acción sobre la enzima quitinasintetaza, además reduce la alimentación y evita que la vieja larva se desprenda de la cutícula al momento de la muda.
Entre las diferentes ofertas de productos se pueden encontrar:
Cebos y Pinturas
Están compuestos por un insecticida y un atrayente hormonal. El insecto es atraído por la hormona y muere al contactar con la superficie tratada que posee el insecticida. También se pueden utilizar paneles con franjas oblicuas amarillas y rojas para atraer el insecto.
Hawker Max® está formulado con acetamiprid, activo neonicotínico de segunda generación, que tiene un muy alto efecto de derribo y excelente residualidad. Se aplica con pincel o pulverizador, actuando por contacto e ingestión. Una vez dentro del cuerpo del insecto, se dirige rápidamente al sistema nervioso, bloqueando los receptores nicotínicos de la neurona post sináptica, lo que altera la transmisión de acetilcolina y, en consecuencia, genera la muerte. Este novedoso mecanismo de acción no produce resistencia. Hawker Max® puede ser utilizado como pintura o por aspersión sobre diferentes superficies en las que normalmente las moscas reposan.
Aspersiones y Fumigaciones
Ambos métodos poseen alto poder de volteo al contacto con el insecto, siendo utilizados en aquellos sitios donde existe una alta generación de moscas. Debe recordarse que toda acción tendiente a controlar a las moscas adultas no generará un efecto perdurable en el tiempo, dado que los estadios inmaduros continúan con su evolución normal.
El Maggot® está formulado con lufenuron 2%, y es sumamente eficaz para el control de estadios inmaduros de dípteros. Por tratarse de un producto de baja toxicidad y bajo riesgo toxicológico, puede aplicarse en interiores y/o exteriores, en sitios convencionales o sensibles, como granjas y tambos.
Dentro de la familia de los organofosforados, el pirimifos metil es un ingrediente activo que interviene directamente al sistema nervioso por inhibición de la colinesterasa, ingresando a la plaga por contacto, ingestión o por vía respiratoria.
Los insecticidas que contemplan una combinación de ingredientes activos que garantizan un excelente efecto insecticida y residual, actuando sobre distintos estadios, controlando eficazmente aquellos juveniles (huevos/larvas) y adultos. El Pulex®, combina pirimifos metil, un activo de la familia de los organofosforados que ejerce su acción inhibiendo el acetil colinesterasa, y lufenuron, una benzoilurea que regula el crecimiento (IGR) de los insectos, inhibiendo la síntesis de quitina.
Es clave utilizar los productos en las dosis exactas recomendadas en su etiqueta. El uso de dosis menores (sub-letales) selecciona rápidamente poblaciones medianamente tolerantes, mientras que dosis mayores a las recomendadas pueden imponer presiones de selección excesivas, favoreciendo también la aparición de resistencias. Tanto los equipos como los productos deben ser apropiados y en buen estado para mantener su eficacia óptima. Asimismo, los aplicadores deben tener la formación necesaria, para conseguir el mejor control posible.