Los mosquitos hematófagos son los responsables de la transmisión biológica de varios agentes patógenos causantes de enfermedades. El Aedes aegypti es la principal especie responsable de transmitir a las personas virus como el Zika, el dengue y el chikungunya.
Ae. aegypti es originario de Etiopía (África) y se encuentra distribuido y adaptado a las regiones tropicales y subtropicales del mundo. El ciclo de desarrollo abarca siete días o un poco más, dependiendo de la temperatura y de la disponibilidad del alimento. Las fases biológicas son de huevo, larva con cuatro estadios, pupa y adulto. El comportamiento del adulto es diurno, sin embargo, pueden prolongar su actividad durante la noche si la luz permanece encendida; prefieren criaderos artificiales como cilindros, baldes, floreros así como objetos de desecho que no son eliminados adecuadamente en ambientes domiciliares o peridomiciliares.
Son artrópodos de clase Insecta, orden Diptera, familia Culicidae y subfamilia Culicinae, que incluye los géneros Aedes y Culex. Los huevos de Aedes y Culex no presentan los flotadores característicos de la subfamilia Anophelinae, transmisores de la malaria. Los de Aedes son depositados individualmente y los de Culex en grupos flotantes. Las larvas de estos géneros cuelgan suspendidas oblicuamente de la superficie del agua y no paralelas como las de anofelinos.
Características y ciclo de vida
Los huevos son puestos por la hembra de manera separada y en superficie seca, por sobre el nivel del agua; de tamaño menor a un milímetro, similar en tamaño a la cabeza de un alfiler, no poseen estructuras externas para flotación y su superficie tiene un reticulado. Pueden sobrevivir a largos periodos de sequía, permaneciendo en latencia hasta algunos meses, por lo que el control de Aedes debe considerar esta situación.
Huevos de Aedes aegypti
Las larvas son de unos 4 a 6 milímetros de longitud, se posiciona en el agua con la cabeza hacia abajo; el tubo respiratorio ubicado en la parte distal del cuerpo (es el que entra en contacto con el aire) y posee sólo un penacho de pelos. No gira la cabeza al alimentarse. Escapan de la luz intensa con movimientos muy característicos, semejantes a un culebreo y llegan a permanecer por bastante tiempo en el fondo.
Larvas de Aedes aegypti
El cuerpo de los adultos mide en general entre unos 5 a 7 milímetros, con longitud de ala de 3 milímetros en promedio; ambos sexos tienen palpos mucho más cortos que las antenas y la probóscide (aparato bucal modificado en forma de tubo y adaptado para picar y succionar); dorso del tórax con un par de líneas externas plateadas en forma de lira y dos internas rectas. En los ejemplares recién emergidos o de corta edad, se nota el gran contraste entre el cuerpo negro y los dibujos plateados en el tórax (parte del cuerpo en que se ubican patas y alas) y en las patas; las patas posteriores presentan anillos blancos. La posición de reposo de adultos es con el cuerpo paralelo al sustrato, con cabeza dirigida hacia adelante y en ángulo.
Características de Ae. aegypti y Ae. albopictus
La fase aérea del Ae. aegypti y Ae. albopictus inicia cuando éstos emergen de la última fase acuática (pupa), es relativamente fácil de reconocer debido a los colores y formas que los caracterizan: mosquitos negros con escamas de color plateado en el tórax y apéndices locomotores.
Las escamas de la región dorsal del tórax (mesonoto), dan la apariencia de una lira para Ae. aegypti, una línea recta en Ae. albopictus.
Las hembras del Ae. aegypti presentan antenas con pelos cortos y escasos, los palpos son de un tercio o menos de longitud que la proboscis; en cambio, en los machos las antenas son plumosas con pelos largos y abundantes y los palpos son del tamaño de la proboscis. Son hematófagas y desarrollan su ciclo biológico donde habita el hombre, son antropofílicas y antropofágicas; los machos se alimentan de néctares de plantas que se encuentran a su alrededor y frecuentemente están cercanos a las fuentes de alimentación de las hembras para realizar el apareamiento.
La etapa adulta es una fase en la vida del insecto especializada en la alimentación, reproducción y dispersión. Generalmente el apareamiento se realiza cuando la hembra busca alimentarse; se ha observado que el ruido que emite al volar es un mecanismo por el cual el macho es atraído. Una vez copulada e inseminada la hembra, el esperma que lleva es suficiente para fecundar todos los huevecillos que produce durante su existencia, no aceptando otra inseminación.
El periodo de vida del mosquito adulto o de imago se ve afectado por las características climáticas, principalmente la humedad y la temperatura, pues condicionan sus actividades de alimentación, reproducción y reposo. A una temperatura inferior a 4 °C o superior a los 40 °C generalmente no sobreviven.
En condiciones naturales sobreviven en promedio de 15 a 30 días, alimentándose aproximadamente cada tres días. La variación de temperatura y humedad, así como la latitud pueden hacer variar estos rangos del ciclo de vida de las cepas de mosquitos. Dichas condicionantes también influyen en su reposo, suele encontrarse cerca de las habitaciones humanas o en el peridomicilio, posado en lugares oscuros y protegidos, relativamente cerca del suelo. La hembra sobrevive más tiempo que el macho y es más resistente a las variaciones de temperatura y humedad ambiental.
La hembra de Ae. aegypti puede volar en un radio promedio de 40 a 60 metros y los machos se desplazan hasta más de los 80 metros. La distancia se halla influida, entre otras circunstancias, por la cercanía de criaderos preferidos, la accesibilidad para alimentarse y por los lugares de reposo. El viento ocasionalmente los desplaza más lejos y también pueden ser trasladados en vehículos terrestres (ferrocarril, autobuses, llantas usadas), marítimos o aéreos a mayores distancias.
Durante la época de lluvias, las densidades se incrementan como consecuencia de la disponibilidad de un número mayor de criaderos. Sin embargo, esto no debe tomarse como un parámetro definitivo. El almacenamiento de agua, sea por circunstancias culturales, por deficiencias en la red del suministro de agua o porque se carece de este último, favorece el incremento de las densidades de mosquitos Aedes y el desarrollo de epidemias de dengue, aun cuando el factor de la lluvia no esté presente.
Control
A pesar que el control del vector Aedes Aegypti es una responsabilidad que compete a las autoridades de ámbito nacional, provincial y municipal donde se encuentre el vector, en caso de detectar su presencia, el controlador de plagas deberá identificar la especie, y en caso de tratarse del Aedes Aegypti, informar a las autoridades competentes la presencia del vector en la zona.
El Aedes Aegypti no se cría en lagunas, charcas, zanjas, etc. Sólo se cría en recipientes de agua estanca, relativamente limpia y pega los huevos en los bordes de dichos recipientes (botellas, latas, frascos, cubiertas, canaletas tapadas, tanques, etc.), por arriba del nivel del agua, para que por inundación (por lluvia o llenado del recipiente) se dé la eclosión de dichos huevos. Respecto a los mismos, no se destruyen por disecación (permanecen en estado latente entre 7 y 13 meses), ni por cloración, ni por fumigación.
Si llamamos foco a un recipiente con agua y larvas, se recomienda el tratamiento focal (con larvicidas) y perifocal (con adulticidas) constituido por los sitios de descanso de las hembras en ovipostura, superficies externas de los recipientes y paredes a su alrededor.
Control de larvas
Debemos tener en cuenta que una hembra adulta fecundada, coloca entre 150 y 200 huevos cada 3 días y los disemina en grupos de 15 o 20 en diferentes recipientes, siempre pegándolos en sus paredes.
La hipótesis más aceptada sobre el mecanismo de acción es la inhibición de la síntesis de la quitina (Diflubenzuron, Novaluron, Triflumuron), debido al bloqueo del transporte por la membrana de sus precursores. Es efectivo contra las larvas principalmente por ingestión, y en menor grado por contacto. Igualmente posee efectos ovicidas tras el tratamiento directo de los huevos y tras la aplicación a las hembras. La mayoría de los larvicidas no afectan a las pupas, porque estas no se alimentan, y su efecto es por ingestión.
Control de adultos
Diferentes grupos químicos han sido desarrollados para el control de A. aegypti, siendo los más utilizados organoclorados, organofosforados, carbamatos y piretroides:
– Organoclorados ej: DDT, Lindano
– Organofosforados ej: Malathión, Fenitrotión, Pirimifos Metil
– Piretroides ej: Permetrina, Deltametrina, Etofenprox
– Carbamatos ej: Propoxur, Bendiocarb
En general, la tendencia ha sido la de sustituir un pesticida particular, para el que ha sido detectado resistencia, por uno nuevo, mosquito-sensible, y con evidencia de efectos perjudiciales derivados de su uso. La propagación de la resistencia se ha registrado en varios países de América, Asia y África. Dos mecanismos han sido altamente referenciados de ser responsable de la resistencia, el aumento de actividad de las enzimas de desintoxicación, y los cambios estructurales en el sitio de destino de los insecticidas, en su mayoría dentro del sistema nervioso central.
Tratamiento perifocal: Consiste en el rociado de los recipientes que no se pueden eliminar, siempre y cuando el agua que contenga no sea para consumo o lavado de alimento. El rociado se realiza cubriendo las paredes alrededor de los recipientes con agua que no se puedan acondicionar de otro modo. Los mosquitos adultos que frecuentan estos sitios se intoxican al tomar contacto con el producto. Los insecticidas que se emplean son órgano fosforados o piretroides.
Tratamiento espacial: Consiste en la aplicación de pequeñas gotitas de insecticida en el aire para matar las formas adultas. Las nieblas pueden ser frías (UBV) o calientes (termoniebla), los equipos pueden ser portátiles o de arrastre. Los productos utilizados son órganofosforados o piretroides.